Los hinchas bohemios se reunieron en la vieja sede para distinguir a una gloria de la institución, que se destacó en los albinegros en la década del 70′. Además, todos juntos presenciaron el sorteo de la Copa Libertadores.
Como ya lo hacen otros clubes uruguayos, desde ayer Wanderers comenzó a homenajear a viejas glorias de la institución.
El primero en ser distinguido fue Richard Forlán (tío de Diego), que se destacó en los bohemios en la década del 70′, cuando el equipo del Prado clasificó por primera vez a la Copa Libertadores, siendo el primer club —sin ser Nacional y Peñarol— que logró tal suceso.
Con la sede de San Fructuoso repleta (los hinchas bohemios han realizado un gran esfuerzo para mejorar el lugar, donde se encuentra la famosa cancha de pelota vasca), minutos antes de conocer la suerte de Wanderers en la Copa Libertadores, con la presencia de gran parte de la directiva —sin el presidente Fernando Nopitsch, que estaba en la ceremonia— y de otras figuras como Ángel «Bebe» Castelnoble, Forlán recibió el reconocimiento de la familia bohemia.
«Realmente es una emoción muy grande, no me lo esperaba. Nosotros éramos jóvenes de 23 años y los dirigentes de Wanderers eran nuestra familia, gente mayor que nos aconsejaba. Cuando terminaban los partidos nos juntábamos en la residencial que estaba atrás de la cancha, con las familias, los dirigentes; son recuerdos imborrables», comenzó.
Héctor Rosola, viejo amigo de Forlán, hincha bohemio y exfutbolista, se emocionó en el homenaje que se realizó en la sede de Wanderers en la calle San Fructuoso.
Con 63 años, el expuntero bohemio, que hace décadas está viviendo en Ecuador, en donde actualmente es Director Deportivo de Radio Capítal y que estará por unos pocos días en Uruguay, señaló que «es sumamente gratificante que se acuerden de uno después de tantos años, si bien marcamos un hecho histórico para la gente de Wanderers, y lo disfrutamos mucho, es muy agradable recibir estos mimos. Es una emoción muy grande que me hayan regalado la camiseta actual con mi nombre; hace dos meses murió mi hijo, y esto también es un homenaje para él».
De aquella primera clasificación de Wanderers a la Libertadores, Forlán recordó que «nosotros entramos a jugar sin responsabilidad, la responsabilidad la tenía Nacional. Como teníamos un muy buen equipo y Nacional era un equipo joven, nosotros jugamos con total tranquilidad. Afortunadamente se dio para ganar el partido en la hora y no darle tiempo a reaccionar, porque usualmente cuando le hacías un gol a un grande, entre los árbitros y todo eso, te metían adentro. En el estadio era muy difícil ganar, aunque ahora es más parejo. Fueron cuatro años muy bonitos. Wanderers es mi familia»
