El test más común para diagnosticar el covid-19 es tan sensible que podría estar detectando fragmentos del virus que ya están muertos, según algunos científicos.
Y es que la mayoría de personas solo permanecen infectadas alrededor de una semana. Sin embargo, el diagnóstico podría seguir dando positivo semanas después.
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Oxford, este hecho podría estar sobreestimando la escala real y actual de la pandemia.
Pero por otro lado advierten que otro tipo de test, con menos sensibilidad, corre el riesgo de no detectar todos los casos.
El profesor Carl Heneghan, uno de los autores del estudio, afirma que en vez de arrojar un resultado positivo o negativo, las pruebas diagnósticas deberían tener un límite en el que pequeñas cantidades de virus no provoquen un positivo.
Según Heneghan, esta detección de virus muerto o viejo podría explicar cómo en varios de los países que se enfrentan a una segunda ola de infecciones las hospitalizaciones se mantienen estables.
El Centro de Medicina Basada en Evidencia de la Universidad de Oxford analizó 25 estudios en que se colocaron muestras de pruebas positivas sobre una placa de petri para ver si el virus crecía.
Este método, conocido como «cultivo viral», indica si el virus hallado en un diagnóstico positivo puede reproducirse y propagarse en un laboratorio o persona.
Algunos estudios basados en cultivos virales indican que alrededor del 10% de infectados permanece con virus vivo después de ocho días de infección.
«En Italia sobreestimamos el número de casos por varias semanas» a causa de pacientes positivos que se habían infectado varias semanas antes, dice Venturelli.
El test PCR es un método muy sensible a la hora de «detectar material genético residual del virus», explica el profesor Peter Openshaw, del Colegio Imperial de Londres.
«No hay evidencia de la infectividad del virus, pero existe un consenso clínico de que es bastante improbable que un paciente sea infeccioso más allá del décimo día de la enfermedad»