La semana pasada, ‘Ecuador en Movimiento’ entrevistó a Diego Martínez, gerente general del Banco Central del Ecuador (BCE). En su participación en la Radio Pública, el funcionario explicó la situación y las políticas económicas del país.
¿Por qué difieren las cifras del Banco Mundial y del Banco Central sobre el crecimiento del país?
En primer lugar se debe recordar que, en 12 de los 15 años que llevamos dolarizados, el Banco Mundial se equivocó y dijo que Ecuador crecería a una tasa menor a la que creció. La razón de esta subestimación es sencilla: ellos utilizan información con un nivel de rezago. En cambio, el BCE tiene información más fresca porque monitoreamos siempre el desempeño de la economía. Ecuador tendrá una tasa de crecimiento pequeña, 0,4% anual. Pero vamos a crecer. Nuestro horizonte es claro: proteger el empleo y la producción nacional lo más posible.
¿Qué aspecto quedaría al descubierto?
Debido a la caída del precio del crudo y a la apreciación del dólar, las exportaciones ecuatorianas son menos competitivas. Para Europa, Estados Unidos o cualquier país del mundo es más barato comprarle a Colombia o Perú porque el dólar vale más allá.
Con claridad, como Gobierno, hemos señalado que vamos a hacer todo lo que sea necesario para cuidar la dolarización. Lastimosamente habrá un poco de desempleo. Hace poco, el INEC informó que, entre 2014 y 2015, la tasa de desempleo aumentó de 3,8% a 4,8%. Pero, a pesar de lo difícil del momento, tenemos aún la tasa más baja de la región.
¿Estamos muy endeudados?
A fines de 2015, la deuda pública interna y externa llegó a $ 32,7 mil millones y el PIB a $ 100 mil millones. La relación entre deuda y PIB es 33% y el límite legal para el endeudamiento es 40%. Tenemos un nivel de deuda manejable y por debajo del límite legal.
Por otra parte, si descontamos el endeudamiento que tenemos entre nosotros -como, por ejemplo, aquello que el Ministerio de Finanzas le debe a la seguridad social- la deuda llega apenas al 21% del PIB. Esto es completamente manejable. Lo fundamental es que el dinero se usó para mejorar la infraestructura en el país.
¿Qué es el timbre cambiario?
Esa es una propuesta que surgió de fuera del Gobierno y que la denominó así un exvicepresidente. El Gobierno está analizando ese y otros instrumentos que permitan disminuir importaciones y crear más exportaciones. Se dialoga con el sector privado, para seleccionar el mejor mecanismo y lograr que el flujo de dólares que entra sea mayor que el saliente en el país.
¿Han caído las reservas?
Por supuesto. Si Ecuador exporta menos porque el precio del petróleo cayó de unos $ 80 a $ 25, existe menos flujo de entrada de dólares. También tenemos que hacer pagos de deuda porque honramos nuestros compromisos. Es normal que las reservas caigan. Las reservas son como el saldo de un estado de cuenta. Si a uno le rebajan el sueldo pero uno no reduce su gasto en la misma proporción, baja el saldo en la cuenta. Era normal porque tenemos que pagar $ 900 millones a Occidental y pagamos $ 650 millones por los bonos global. También tenemos que pagar las importaciones de combustibles que consumen los ecuatorianos. Esa reducción es sostenible.
¿Cómo medir la sostenibilidad de la reserva?
Se debe considerar si las reservas son suficientes para respaldar los depósitos de la banca privada en el Banco Central. Una semana atrás la reserva estuvo en $ 3.200 millones y los depósitos representaban $ 1.800 millones. No hay peligro, están respaldados. Hemos sido muy cautelosos.
En Ecuador cuando había más dólares no subió la inflación. Ahora, con menos dólares, no hay deflación. ¿Cómo entender esto?
La meta de inflación para 2015 era de 3,9%. Y la inflación fue menor. En la práctica se demostró que mintieron quienes decían que la salvaguardia dispararía la inflación. No sucedió así, porque hicimos lo que había que hacer pensando fundamentalmente en los pobres y en la clase media. La salvaguardia encareció productos no esenciales cuyo consumo puede posponerse por un tiempo. Los alimentos y las medicinas no se encarecieron.
¿Qué otras medidas se han tomado para que el aparato productivo no se detenga?
Los títulos del Banco Central (TBC) son un mecanismo para evitar que tengamos que desembolsar billetes para pagarnos deudas mutuas. Para que no exista un sacrificio de liquidez el Estado paga a los empresarios con títulos desmaterializados, que los pueden usar para pagar al SRI los impuestos.
El BCE entregó esos títulos al Ministerio de Finanzas y este a los contratistas o a los GAD. Se emitieron $ 200 millones y $ 25 millones se han negociado en bolsa. El SRI ya ha cobrado unos $ 17 millones.