Un total de 6.604 hospitales y unidades, que forman parte de la Red Pública Integral de Salud (RPIS), recibirán los medicamentos que son objeto del proceso de adquisición mediante subasta inversa. Éste lo ejecuta el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) desde el 14 de enero pasado. La metodología ha generado voces a favor y en contra del sector farmacéutico.
Una vez finalizado este proceso, al que el Estado destinará alrededor de $ 500 millones, las unidades de salud de la RPIS (ver gráfico) podrán adquirir los medicamentos a través del Repertorio de Medicamentos (catálogo electrónico) que maneja el Sercop.
Santiago Vásquez, director del Sercop, dijo que para adquirir fármacos de calidad a un precio que beneficie al Estado, con el ahorro de alrededor de $ 110 millones, es necesario dar preferencia y no exclusividad a la industria farmacéutica nacional. Según él “hace 4 años no hubo buenas prácticas de participación en la compra de medicamentos”. Expresó que en la subasta de 2011 las empresas nacionales elevaron sus ofertas porque no hubo competencia. Por ello, en su momento, el Estado tuvo que renegociar las mismas.
Vásquez aseguró que el Estado no comprará medicinas sin el registro sanitario pertinente, como sostienen otros actores involucrados en el proceso. Criticó que “cierto sector de los farmacéuticos tenga la osadía de mentirle a la ciudadanía indicando que se comprará medicamentos sin ese requisito, lo que es absolutamente falso”.
Incluso, para garantizar la transparencia, 57 personas participan en la vigilancia del proceso de adquisición de los fármacos.
El presidente de la Unión Nacional de Propietarios de Farmacias Ecuatorianas Independientes, René Viteri, confía en la transparencia y metodología utilizada en el proceso y más bien criticó a quienes se oponen. “Que ganen los mejores en la subasta inversa, el que tenga calidad y el precio razonable que beneficie a los ecuatorianos y no a 4 empresarios”, resaltó (ver entrevista).
El titular de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos del Ecuador (ALFE) pide exclusividad, y dice que en la subasta de 2011 que ganaron no hubo sobreprecio, sino diferencias en los costos