El futuro del motor diésel parece incierto.
Tras el escándalo de Volkswagen por disfrazar los niveles de contaminación que emiten millones de vehículos con esa tecnología, «diésel» parece una mala palabra.
También se ha cuestionado a las máquinas diésel por contaminar más que los motores a gasolina.
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«Sin embargo, más allá de la polémica actual, el legado histórico de la creación de Rudolf Diesel es incuestionable«, afirma Mark Evans, un experto en automóviles que realizó un documental para la BBC titulado The Engine That Powers The World («El motor que impulsa el mundo»).
Además, su importancia actual en el funcionamiento del mundo no es menor, añade Evans.
«Así cómo el motor a vapor impulsó la revolución industrial, el motor diésel ha sido la fuerza impulsora de la globalización en el siglo XXI», asegura.
Diésel en todas partes
Y la evidencia así lo constata, según el documental de la BBC.
Hoy en día, por ejemplo, si se tiene en cuenta la distancia que recorren las mercancías desde la fábrica hasta el punto de venta, 94% del comercio global es propulsado por los motores diésel de buques, camiones y trenes.
Pero no se trata solamente del movimiento de los productos que compramos, vendemos e incluso desechamos.
Actualmente, los motores diésel trasladan a más personas de un punto a otro que nunca antes.
Por ejemplo, la mitad de los nuevos autos que hoy se venden en la Unión Europea funcionan con esta tecnología.
«Estos datos muestran claramente cuán importante ha sido el motor diésel para el desarrollo del mundo en el que vivimos», apunta Evans.
«Si sólo Rudolf Diesel le hubiera puesto un poco más de amor a su increíble invención para que fuera más refinada».
Ruidoso, pero eficiente
Rudolf Christian Karl Diesel (1858-1913) era un inventor e ingeniero mecánico alemán que no sólo se hizo famoso por la creación que perdura hasta nuestros días, sino también por su misteriosa muerte.
Es cierto que son máquinas funcionales y poco refinadas (…) Pero lo fundamental es que demandan poco mantenimiento y combustible y dan mucho de sí»
Pero primero el motor.
Diesel era consciente de que los motores a vapor desperdiciaban un 90% de la energía que potencialmente podía generarse a partir del combustible usado en aquel entonces, el carbón mineral.
Por eso se propuso diseñar una tecnología mucho más eficiente y, luego de mucha experimentación, obtuvo en 1898 una patente para su novedoso diseño, que al principio estaba pensado para ayudar a pequeños negocios y artesanos, no a industrias.
El motor diésel funciona por «compresión-combustión»: la ignición es generada simplemente al presionar el aire dentro de los cilindros hasta que se calienta tanto que se enciende.
En una máquina así, casi cualquier cosa puede usarse como combustible: se probó desde aceite de cacahuete (lo que el señor Diesel empleó al principio) hasta polvo de carbón. Pero hoy se utiliza gasóleo.
«Robusto y confiable»
«Rudolf Diesel creó un motor robusto y confiable, aunque aparatoso y ruidoso, que sólo necesita aire y combustible para funcionar», destaca Mark Evans en el documental de la BBC.
«Desde entonces, leales como labradores, estos motores han sido un gran respaldo en cualquier labor».
«Es cierto que son máquinas funcionales y poco refinadas; que son poco atractivas y en algunos casos horribles, y que por eso suelen estar bien escondidas en los vehículos», agrega Evans.
«Pero lo fundamental es que demandan poco mantenimiento y combustible y dan mucho de sí. Pueden ser maltratados en el trabajo pero se resisten a morir. Este es el secreto del diésel y la razón por la que se convirtió en el motor de la industria, el comercio y la globalización».
No sorprende, entonces, que ya a principios del siglo XX Rudolf Diesel ya fuera un hombre rico.
Misteriosa muerte
Tras la muerte de Diesel un año antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, su creación fue mejorada y se convirtió en un importante reemplazo del motor a vapor en numerosas aplicaciones, desde la industria hasta el transporte.
Si el éxito del motor es una certeza, las circunstancias del fallecimiento del inventor alemán son inciertas.
En la noche del 29 de septiembre de 1913, Diesel abordó el barco a vapor «Dresden» en Amberes, Bélgica, para dirigirse a Londres por motivos de negocios.
Según relatos de testigos, cenó en el comedor del buque y se retiró a su camarote a eso de las diez de la noche, luego de solicitar que lo despertaran a las 6:15 de la mañana siguiente.
Pero esa fue la última ocasión que fue visto con vida. Cuando lo fueron a buscar a su camarote no lo encontraron. Su cama estaba sin usar.
Diez días después la tripulación del buque holandés «Coertsen» halló un cadáver flotando en el Mar del Norte, cerca de Noruega.