La palabra “política” tiene un sinnúmero de acepciones, pero una de ellas es la que señala que es una de las formas de captar el poder, de ganar el poder, de tener el poder.
Y esto lo digo, en relación a las posiciones que se vieron el Primero de Mayo, que se transformó en una medición de fuerzas entre quienes apoyan al Presidente Correa y quienes no lo apoyan.
Sin lugar a dudas que en este desfile de fuerzas, quienes apoyan al Presidente Correa fueron ampliamente mayoritarios, aunque la oposición diga lo contrario.
Tanto es así, que las diferentes mediciones de popularidad que se hacen en el país dicen lo mismo: que el Presidente Correa sigue gozando de buena salud; que posiblemente no tenga más del 80% de aceptación también es verdad, pero, sin lugar a dudas, que tiene apoyo mayoritario de los ecuatorianos.
Dejando a un lado la disputa de quien sacó más gente a las calles, me preocupan variass cosas; unas de la oposición de figuras que tradicionalmente se han identificado como de izquierda; y, otras del Presidente Correa.
Con respecto a la primera preocupación, es la de ver a dirigentes de organizaciones populares, intelectuales de izquierda y ex colaboradores del Presidente Correa juntos y reunidos con los sectores de la derecha más recalcitrante del Ecuador, sectores ni siquiera neo liberales, sino liberales puros, que no esconden en sus discursos el deseo de resucitar la extinta ALCA, que fue sepultada en la lV Cumbre de la Américas en el año 2005 cuando el Presidente Hugo Chávez dijo ALCA, ALCA, AL CARAJO.
Y aclaro, no critico a la derecha por hacer oposición, ellos históricamente hacen lo que les conviene a sus intereses económicos y les importa “cuatro atados” lo que le pase al país.
Lo que me preocupa es, que personajes, incluso algunos con quienes hemos “caminado juntos” por odio o por no participar en la burocracia del gobierno, coincidan y definan una agenda con la derecha para tumbar el gobierno del Presidente Correa.
Eso si es triste, porque una cosa es hacer oposición desde la izquierda y otra cosa es unirse con la derecha para hacer oposición.
Desde la izquierda se lo puede criticar al Presidente Correa la necesidad de aplicar la Ley Antimonopolio para evitar la concentración de riqueza en el país en manos de pocos.
Desde la izquierda se lo puede criticar al Presidente Correa que así como dijo que va a reestructurar el IESS, también lo haga con el Ministerio de Agricultura y el BNF, entidades con las que se ha perdido mucho tiempo.
Pero de allí a coincidir en una agenda anti Correa con la derecha si es triste, al extremo que algunos en declaraciones dicen que nos han hipotecado a China (ridículo) o critican su posición solidaria con Venezuela (antinatura).
Del Presidente Correa también me preocupa que no se insista en abrir y mantener espacios de diálogo con sectores de izquierda y de organizaciones populares con quienes se puede discrepar, pero también coincidir en muchas tareas.
Creo que eso le haría bien al país.
Claro, eso no depende solamente del Presidente Correa, eso depende de la voluntad de ambas partes.
También me preocupa del Presidente Correa que en lo político, después de 8 años el Movimiento PAIS, no sea una estructura consolidada y capacitada para defender la patria.
En lo personal, en el 2007 jamás pensé que se fuera avanzar tanto en lo social, en lo político, en lo económico como se lo ha hecho en 8 años.
Con sinceridad jamás me lo imaginé.
Hoy el Ecuador, gracias al Presidente Correa es un país, ya no es una hacienda.
Y cuando me pongo a pensar que la política es cíclica, tenemos que prepararnos para defender lo que se ha avanzado
Por ello insisto, hay que crear, urgentemente, ese espacio de diálogo y si es necesario fundar un nuevo partido político, que permita autonomía a los movimientos y partidos que lo integren, y que definan una agenda que empiece por capacitar a sus militantes, afiliados y ahora adherentes, para defender todos los avances que se han conseguido en estos 8 años y empezar a dialogar sobre lo que tenga que rectificarse.
Los seres humanos somos transitorios, pero las ideas, la búsqueda de la felicidad son eternas.
Y dicen, que nadie sabe lo que quiere, hasta que lo pierde.