Los documentos desvelados recientemente por WikiLeaks confirmarían la estrategia que Estados Unidos pretendía aplicar contra Bolivia y su presidente, Evo Morales, en 2008, afirmó el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.
Por tal motivo, dijo, “las denuncias formuladas por nuestro gobierno a lo largo del tiempo no son inventos”, e invitó a los detractores del Movimiento al Socialismo a leer The Wikileaks Files: The World According to the Us Empire (Los archivos de Wikileaks: El mundo según el imperio de Estados Unidos), en el que Alexander Main y Dan Beeton analizan miles de cables secretos del Departamento de Estado filtrados por Wikileaks.
En la publicación se detalla que el objetivo estadounidense al sur es instaurar un sistema neoliberal por medio del ataque a los gobiernos democráticos. Main y Beeton están adscritos al Centro de la Investigación Económica y Política con sede en Washington.
En los pasados 15 años, Washington habría tratado de destruir los gobiernos en Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Honduras, Ecuador, Nicaragua y Paraguay, donde los investigadores revelaron que Estados Unidos buscaba revertir los resultados de las elecciones celebradas de 1997 a 2008.
Los autores exponen que durante la presidencia de George W. Bush y de Barack Obama, Estados Unidos financió y apoyó a nivel estratégico a grupos opositores en dichos países para provocar la salida antidemocrática de los líderes que no apoyaban el proyecto neoliberal.
De agosto a septiembre de 2008, el gobierno de Morales se enfrentó a los líderes opositores que gobernaban los departamentos de la región de la Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando), que llamaron a crear departamentos autónomos.
Maniobras políticas
Durante el conflicto, Estados Unidos estuvo en comunicación regular con los líderes autonomistas, con quienes hablaron de hacer explotar gasoductos y de utilizar la violencia como una probabilidad para forzar al gobierno a tomar en serio cualquier diálogo.
La situación llevó a Morales a expulsar al embajador estadunidense, Philip Goldberg, a quien acusó de colaborar con los líderes de las manifestaciones contra el gobierno.
El conflicto puso en riesgo la permanencia de Morales y los enfrentamientos dejaron más de 30 muertos. El plan A habría sido derrocar a Morales, y el B era asesinarlo, si el primero no funcionaba.
“Han intentado derrocar a nuestro presidente, han intentado matar a Evo, muchos quieren verlo fuera, pero no gente del pueblo, sino gente egoísta del extranjero”, manifestó el vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera. La autoridad pidió a la embajada de Estados Unidos en La Paz las copias de los cables sobre la estrategia para Sudamérica.
Además del intento de golpe de Estado de 2002, que quitó al presidente venezolano Hugo Chávez del poder durante 48 horas, los cables revelan que el Departamento de Estado entrenó y apoyó a líderes estudiantiles opositores.
Los operadores del complot de 2008, además de la embajada estadounidense en el país, serían la DEA, la CIA y el Comando Sur, que desplegaron “una maquinaria descomunal”, que no prosperó “gracias a la resistencia, a la fortaleza, a la unidad del pueblo boliviano”, dijo Quintana.
Reveló también que la agencia Usaid cumplió un papel concentrado en la desestabilización a través de proyectos que sustentaban a las prefecturas de la denominada “media luna” que se oponían al Gobierno de Morales.
El informe de 2007 de la Usaid menciona 101 subvenciones por un total de $ 4’066.131 “para ayudar a los Gobiernos departamentales a operar más estratégicamente. El dinero fue destinado a los grupos indígenas que estaban ‘en contra de la visión de Evo Morales de las comunidades’”.
Los cables muestran también la intervención política en Ecuador y Nicaragua y dibujan además “una vívida imagen de la mentalidad de guerra fría de algunos embajadores estadounidenses y los muestran usando medidas coercitivas”, contra los mandatarios progresistas latinoamericanos, según explican Main y Beeton.
Wikileaks fue fundada en 2006 por Julian Assange, quien escribe el prólogo del libro y está asilado en la Embajada de Ecuador en Londres desde hace 3 años. La organización ha filtrado más de 1,2 millones de documentos de gobiernos del mundo.