Los jefes de Estado de todo el mundo se reunieron en Nueva York para diseñar la nueva agenda de desarrollo, aquella que deberá implementarse de aquí a 2030. Como generalmente ocurre en Naciones Unidas, hubo un optimismo en que para ese año el mundo podrá dejar atrás la pobreza.
Pero, ¿qué fue exactamente lo que se acordó? Todo inicia en el año 2000. Cuando la humanidad se aprestaba a iniciar un nuevo milenio; los líderes de todo el planeta diseñaron los 8 Objetivos del Milenio. Para cumplirlos tenían 15 años. La idea era que la población, sin importar su lugar de origen, saliera de la pobreza.
Llegó 2015, unos cumplieron, pero otros no. Ecuador fue a la ONU con la meta cumplida casi en su totalidad. 20 de los 21 objetivos se hicieron realidad. Desde hace 3 meses los diplomáticos reunidos en Nueva York trabajaron en un nuevo programa que finalmente fue oficializado durante la Asamblea General que terminó esta semana. Ya no son 8 sino 17 y la redacción superó los problemas del pasado. “Si ustedes se fijan en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los que están vigentes hasta diciembre, fundamentalmente son pensados desde el norte para el sur, en algunos casos para la realidad del África subsahariana, pues no habla de pactos globales”, comenta el titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), Pabel Muñoz.
A eso se añade, como lo denunció el presidente Rafael Correa durante su discurso en la Asamblea General, la lógica de mínimos. Desde 2007, el Gobierno ha criticado a los ODM porque persiguen lo mínimo indispensable y esto “no puede ser el eje de la política pública”, aseveró el Mandatario ecuatoriano
De alguna manera esto también se ha corregido. “Nuestra crítica inicial tenía que ver con que eran metas mínimas, ahora son más ambiciosas, se han incluido nuevos temas como el ambiental que tiene 6 o 7 objetivos que están presentes, se reconoce la necesidad de no solo disminuir la pobreza sino aumentar la igualdad en los países. Tiene consistencia con nuestro plan de desarrollo”, explicó el funcionario.
Es en este punto donde radica la principal novedad que han resaltado las autoridades ecuatorianas: el componente ambiental. Es un aspecto muy importante si se tiene en cuenta que en diciembre los líderes mundiales se volverán a encontrar, esta vez en París, para tratar de alcanzar un acuerdo vinculante para combatir el cambio climático.
Por eso la ministra coordinadora de Desarrollo Social, Cecilia Vaca, destaca la “perspectiva de incluir los temas ambientales en la agenda”.
“Hay 6 temas sobre esto y eso representa un gran reto como humanidad. Que esto nos lleve a tener una sensibilidad más humana, que sea el humanismo que se imponga frente al capitalismo”, expresa la secretaria de Estado.
Casi no hubo discurso de un Jefe de Estado en el que el tema ambiental no estuviera presente.
A su turno Correa dijo que si no sale un acuerdo vinculante de París “debemos prepararnos para el inicio del entierro de nuestra civilización”.
“Nos llena de satisfacción que la ONU tenga el componente ambiental en estos nuevos objetivos”, resume Lorena Tapia, ministra del Ambiente. Esto representa retos para el país porque “tenemos que seguir trabajando; si hay avances hay que consolidarlos, por ejemplo el cambio de la matriz productiva y energética, producción más limpia”.
En el Código Ambiental, que se discute en la Asamblea, se promueve la responsabilidad ambiental de las empresas. Otro pendiente son las áreas protegidas. “Ecuador tiene 20% de cobertura, pero hay mucho por hacer en el área marino-costera”, reconoce la Ministra.
En la Asamblea General, Ecuador presentó su modelo. 20 de los 21 objetivos que plantearon los 8 ODM se lograron. Solo faltó la reducción de la mortalidad materno infantil. Las cifras señalan una disminución del 68% y se requiere que sea del 75%. Vaca aspira a que eso se complete en diciembre.
Pero además de esto, el país tiene su modelo de planificación, con objetivos claros. “En 2007 recuperamos un modelo de planificación que no existía, este modelo es replicado en el seno de la ONU”, indica Muñoz. El funcionario expone que hay 2 tipos de planificación.
La primera se centra en lo sectorial, donde cada cartera, como ambiente, salud, educación, turismo hace lo suyo.
“Pero nosotros tenemos una lógica distinta, trabajamos por objetivos. Dejamos de trabajar en la lógica sectorial para objetivos de desarrollo, esto no significa que las carteras no tengan planificación, sino que vamos todos juntos hacia un objetivo, por ejemplo disminuir la pobreza. Todos los ministerios convergemos, antes no había comunicación”, recuerda el titular de Senplades. Por eso, afirma, los nuevos objetivos se alinean con el Plan de Desarrollo nacional.