Óscar Zambrano, de 19 años, atraviesa la situación más difícil de su carrera. El jugador dio positivo en una prueba antidopaje y tiene una suspensión provisional obligatoria, de acuerdo al artículo 35 del reglamento antidopaje FIFA. Es decir, no puede volver a jugar hasta definir y conocer qué fue lo que pasó. Por eso, Zambrano debe presentar descargos y pruebas. Si esos documentos no son convincentes, el caso se traslada a la Comisión Disciplinaria de Conmebol.
Entonces, la Comisión Disciplinaria analiza el caso, abre un expediente y a partir de allí el jugador tiene un plazo de 21 días para a presentar descargos y pruebas y, si considera necesario, solicitar una audiencia (no es obligatorio). Según Celso Vásconez, experto en derecho deportivo, después de ese plazo de 21 días, hay una decisión final y allí se establece una sanción definitiva. «Mientras todo este proceso sigue en marcha, Zambrano está provisionalmente suspendido», comenta Vásconez. Y en cuanto a la sanción, el jugador podría estar entre dos y cuatro años fuera de las canchas. Aunque se puede apelar en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) como última instancia.
Liga de Quito emitió un comunicado el pasado 16 de marzo, en donde informó que Zambrano presentó un resultado analítico adverso en la prueba de control antidopaje realizada por Conmebol. Por eso, el futbolista fue desafectado de la convocatoria para el partido ante Aucas, por la Fecha 3 de la LigaPro. Y este lunes 18, María preciado, madre del jugador, reveló que en días pasados Óscar almorzó con su hermano un ceviche de pescado, y aparentemente, le pusieron jugo de camarón, alimento al cual es alérgico.
Zambrano llegó a su casa, se empezó a enronchar y le pidió a su novia que le compre una pastilla.
Ese medicamento no le cayó bien, y por eso se comunicaron con el departamento médico de Liga de Quito, que le habría puesto una inyección al jugador. Lo cierto es que Zambrano está destrozado, según cuenta su madre, y a la espera de presentar todos los descargos necesarios.