Por iniciativa de Leo, habrá una reunión entre sus abogados y los del club para que la partida no termine en guerra judicial. Mientras tanto, la Pulga se mantendrá en silencio.
Más allá de que Lionel Messi ya pateó el tablero y le avisó al Barcelona que el ciclo de casi 20 años se había terminado al enviarle el Burofax, en el que se considera jugador libre a partir del 30 de agosto, ese no es el final de la historia que quiere el mejor jugador del mundo. Por eso, Leo tiene la intención de que sus abogados y los del club se junten en las próximas horas para que la historia no termine en una guerra judicial.
El futuro de Leo está lejos de Barcelona. Esa ya es una decisión tomada. De hecho, ya hay contactos para ver dónde sigue: la opción más firme es Manchester City, pero PSG e Inter dan pelea para quedarse con el mejor del mundo.
Más allá de las jugadas mediáticas de Bartomeu, la carta documento no fue el principio de la ruptura sino el final. Según le contaron a este diario, el rosarino ya le había avisado a la dirigencia del Barsa de manera informal que su idea era abandonar el club una vez finalizada la presente temporada. Que eso ocurrió en algunas charlas y que nadie se pudo sorprender con el Burofax, que es solo la formalidad que requería la situación para dar por terminada la relación.
