Messi notificó al Barca que se quiere ir

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El delantero argentino ha informado por burofax que quiere acogerse a una cláusula de su contrato que le permite rescindir unilateralmente al final de esta temporada

Según el Canal Argentino Torneos y Competencias Leo Messi ha comunicado al FC Barcelona a través de un burofax que desea abandonar el club de forma inmediata pese a tener contrato en vigor hasta 2021 y una cláusula de rescisión de 700 millones de euros. De acuerdo con esta información, el capitán azulgrana se acogería a la cláusula de su contrato que le permite rescindir unilateralmente al final de esta temporada. Mundo Deportivo ha podido saber que efectivamente los servicios jurídicos del Barça han recibido el burofax pero en el contrato está escrito que la cláusula vencía el 10 de junio. Messi interpreta que la campaña acaba de finalizar y que el sentido de la cláusula es extrapolable a la situación actual.

Onda Cero incluso ha informado que Leo no tiene intención alguna de presentarse a las pruebas PCR del próximo lunes como paso previo al inicio de los entrenamientos con Ronald Koeman al frente el martes.

Messi ya expresó sus dudas de su continuidad durante la reunión que mantuvo cara a cara la pasada semana con Koeman en la que este le transmitió su plena confianza en él para liderar un proyecto en que no tiene cabida su íntimo amigo Luis Suárez, así como tampoco Arturo Vidal, también muy cercano a MessiRakitic Umtiti. Sí, en cambio, AlbaBusquets Piqué, que llevan muchos años compartiendo vestuario con Leo. El posicionamiento del Barça sigue siendo inamovible con Messi y no hay ni un pensamiento en la cúpula directiva, ejecutiva y deportiva del club que le acogió con 13 años (el próximo mes se cumplen 20) de desprenderse de él al considerarlo intransferible al 100%.

En la misma información se apunta a Manchester CityInter de Milán, la Major League Soccer estadounidense e incluso Newell’s Old Boys como posibilidades en caso de acabar concretando su marcha del Barça

La postura del club ante la petición de Messi

La entidad considera, con el presidente Bartomeu a la cabeza, que el contrato de Leo Messi hasta 2021 es plenamente vigente y que, por tanto, está ligado al club hasta el 30 de junio del próximo año y con una cláusula de rescisión del mismo de 700 millones de euros.

En esta línea, el club considera que la cláusula de salida unilateral que permitía a Leo irse hasta el 10 de junio pasado ya no está vigente porque esa fecha ha pasado, es decir, que se ha extinguido. Por tanto, la cúpula azulgrana y sus servicios jurídicos consideran que Messi no puede acogerse a ella para pedir su salida gratuita.

Los que están más cerca de él dicen que la obsesión de Leo Messi, por encima de cualquier cosa, es tener un proyecto ganador. Algo que la directiva también busca aunque a veces las expectativas del crack no las pueda cumplir. Hay diversos episodios en este sentido que han llevado a la fricción entre Leo y la directiva, con Bartomeu a la cabeza porque es quien tiene contacto directo con el crack y capitán del equipo, y también con Eric Abidal, ya dimitido

El no fichaje de Neymar y el adiós de Luis Suárez

Leo Messi no se ha escondido y menos últimamente. Pese a que Neymar se fue del club en 2017 pese a haber renovado pocos meses antes, poco después de marcharse ya empezó a ver que se había equivocado. No era feliz en París y añoraba el Barça y, sobre todo, a su amigo MessiLeo intercedió para intentar su regreso, en especial el pasado verano, cuando llevaba dos años en el PSG y no paraba de pedir ayuda a sus mejores amigos del equipo para volver al Camp Nou. El Barça asegura que intentó su fichaje por todos los medios pero que el club parisino primero se negó en redondo y que, cuando abrió la puerta, desde la matriz de Qatar exigieron 300 millones, cuando el Barça había ingresado por Ney, vía cláusula de rescisión, 222 ‘kilos’. Negocio imposible para el club, aunque Messi llegó a declarar literalmente: “Sinceramente, no sé si el Barça hizo todo lo posible para su regreso. Pero es cierto que negociar con el Paris Saint-Germai no es fácil”. En la plantilla quedó la sensación de que la directiva no hizo todo lo posible a su alcance para fichar al brasileño.

La decisión de Koeman de prescindir de Luis Suárez también ha afectado a Leo. El delantero uruguayo es uno de sus mejores amigos y le hubiera gustado tenerle cerca, sobre todo porque considera que aún sigue teniendo juego que ofrecer al Barça. Las quejas del hasta ahora ‘9’ azulgrana por las formas de su despido y rescisión de contrato hacía intuir también que no agradaría al argentino. Leo teme sentirse huérfano en el campo sin jugadores que entiendan su juego. Ni Griezmann ni Dembélé han conectado en el campo y Messi piensa que ya no puede hacerlo todo él solo.

El caso Griezmann

En ese sentido, también tuvo su influencia en el intento de fichar a Neymar el fichaje de Antoine Griezmann. Para saber si se podía ir con más o menos fuerza a por el brasileño, los ‘pesos pesados’ que querían a Ney pidieron saber si el francés del Atlético, en mayo de 2019, ya estaba fichado por el Barça. Había un preacuerdo con él (pactado por un directivo y un ejecutivo) pero desde el club se les dijo que no, porque faltaba el OK y la firma del presidente. La lesión de rodilla y operación de Suárez a final de temporada (no pudo jugar la final de Copa) precipitaron la apuesta por Griezmann, también en previsión de que el PSG no accediese a vender a Neymar.

Sin embargo, la primera respuesta (que Bartomeu no había firmado al ex del Atlético) fue recordada por los cracks cuando se hizo oficial su fichaje, algo que creían que limitaba las opciones de recuperar al brasileño porque el club ya había invertido una gran cantidad de dinero (120 millones de euros). El club apunta que hacía falta un delantero y aunque se quería a Neymar, había que asegurar el tiro con Griezmann, un punta goleador que tenía cláusula de rescisión, independientemente de que después se intentase fichar a Ney.

El despido de Valverde

Bartomeu decidió prescindir de Ernesto Valverde el pasado mes de enero, algo que ya quiso hacer al final de su segunda temporada, tras el doloroso KO ante el Liverpool con el 4-0 de Anfield.El presidente creía que había que dar un nuevo impulso tras una derrota tan dolorosa. Pero entonces, tras consultar con los capitanes y darles estos su apoyo al técnico (también lo hicieron públicamente algunos como Messi, que dijeron que los culpables eran los jugadores), el presidente no se atrevió a despedirle. En enero de este año ya no se contuvo y a Messi no le sentó bien el despido de Valverde, por el que sí apostaban otros ‘pesos pesados’ del equipo que, además, promocionaban la apuesta por Xavi HernándezBartomeu recuerda que a Valverde ya le dio el beneficio de la duda tras lo de Anfield.

Palo a Abidal y sin ‘feeling’ con Setién

Cuando el club despidió a ValverdeAbidal argumentó la decisión en Sport diciendo entre otras cosas que había jugadores que se habían quejado de que se trabajaba poco con él.

Messi montó en cólera y le pegó un palo en público al secretario técnico (un mensaje en Instagram) por no dar nombres y meter a todos los jugadores en el mismo saco.

Tras aquello, Abidal continuó en el cargo y además apostó como sustituto de Valverde por Quique Setién, un técnico que nunca conectó con Leo y con el que tuvo más de una fuerte discrepancia en el vestuario, algo que también sucedió con su segundo, Eder Sarabia.

Críticas de directivos

Cuando el club, en plena pandemia, propuso a la plantilla un acuerdo de rebaja salarial para no ir a un recorte directo sin negociación, hubo directivos que hicieron llegar a los medios críticas a la plantilla por la tardanza en aceptar la rebaja de sueldo, algo que hicieron antes otros clubs como, por ejemplo, la Juventus de Turín. Al llegar a un acuerdo con el club, en una nota hecha pública por los jugadores, hubo un palo por las críticas de los directivos. Fue uno de los motivos que llevó a Bartomeu a prescindir de varios miembros de su junta en Semana Santa, tras saber que algunos de ellos habían criticado veladamente a la plantilla en los medios cuando las negociaciones las llevaron él y Òscar Grau, el CEO del club, de forma personal.

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