El Municipio de Portoviejo puso en marcha un operativo para definir las viviendas que pueden habitarse o demolerse.
Jhonny Quijano, coordinador municipal de Control Urbano, es parte de uno de los 20 grupos de técnicos que recorren el cantón para evaluar las estructuras, sean de entidades comerciales o viviendas.
El objetivo es determinar el estado de las estructuras, como hormigón, viga, losa, que no estén fraccionadas. Si están afectadas en pie y su cabeza de columna está desplazada, significa que el edificio no puede ser habitado, ya que con las réplicas puede colapsar, explica.
“En la parte marginal hay otro grupo de técnicos que está evaluando los daños. Queremos darles seguridad a las personas. Trabajamos en la demolición de lo que ha quedado y evacuación de materiales”, señala Quijano.
Golpeado. Angel García, dueño de la ferretería Libertad, dice que perdió el 70 % de su empresa y eso le representa deudas por cerca de 150 mil dólares. “Estoy preocupado por las deudas, ya que mi casa está hipotecada a un banco para montar el negocio”, precisa.
Respaldo. Rescatistas de Panamá, Colombia, Venezuela, México y España, se encuentran en la provincia evaluando el estado de los edificios afectados por el terremoto y colaborando con la búsqueda de personas atrapadas entre los escombros.
César Lange, de Protección Civil de Panamá, expresa que es parte de un equipo de avanzada compuesto por seis unidades y están por llegar 30 más para seguir prestando apoyo en las zonas siniestradas de la provincia.
Los venezolanos, por su parte, arribaron en un número de 189, entre los hay médicos, paramédicos, especialistas en comunicaciones, evaluación de daños, expertos en búsqueda y rescate en espacios confinados.
Cuentan con equipos de demolición, cámaras térmicas de búsqueda. También tienen plantas eléctricas, fibra óptica, entre otros implementos.
