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El planeta, al borde de la ‘emergencia climática’

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La temperatura promedio de febrero superó todos los récords globales, de acuerdo a información de la NASA. Leonardo Boix, corresponsal en Londres Los científicos indicaron que las temperaturas de la superficie terrestre fueron 1,35 grados centígrados más altas que el promedio habitual para febrero. “Las temperaturas globales del mes pasado superaron con creces récords mensuales previos por una cantidad sin precedentes”, indicó la agencia espacial de la NASA. Jeff Masters y Bob Henson, del sitio Weather Underground, que analizaron la información de la NASA, indicaron que el resultado “es un verdadero shock”. “Se trata de una nueva advertencia sobre el aumento incesante a largo plazo de la temperatura global como resultado de los gases de invernadero producidos por la actividad humana”. Las cifras de la NASA confirman análisis preliminares de comienzos de marzo, que habían dado a conocer aumentos de temperatura récord para el comienzo del año. El récord global había sido quebrado en enero pasado, cuando los científicos informaron que se superó el promedio para ese mes en 1,15 grados. Aunque las temperaturas globales han aumentado como consecuencia del fenómeno climático de El Niño en el océano Pacífico, las cifras actuales quebraron los récords registrados incluso durante el último fenómeno El Niño en 1998. “Estamos ahora al borde de una emergencia climática”, afirmó Stefan Rahmstorf, del Instituto de Postdam para la Investigación por el Impacto Climático, en Alemania. “Es algo totalmente increíble y sin precedentes”, agregó. Otro dato preocupante, según los científicos, es que la concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2) medida en el observatorio de Mauna Loa, en Hawái, aumentó durante 2015 en 3,05 partes por millón (ppm). Esto implica el mayor incremento registrado desde que hace 56 años se iniciaron este tipo de investigaciones. Además, 2015 fue el cuarto año consecutivo en el que la concentración atmosférica de este gas asociado al cambio climático creció más de 2 ppm, situando el promedio anual por encima de las 400 ppm. Los expertos calculan que a mediados del siglo XIX, antes de la industrialización, la concentración de CO2 en la atmósfera terrestre era de unas 280 ppm. En cambio, en febrero de 2016, el nivel de CO2 atmosférico global promedio se situó en 402,59 ppm. Según Pieter Tans, científico principal de la Red de Estudio Global de los Gases de Efecto Invernadero de la Administración de la Atmósfera y los Océanos (NOAA) de Estados Unidos, “estamos en algo parecido a un explosivo, en comparación con el ritmo natural”. El estudio, titulado ‘Diferencias entre el presupuesto de carbono y los estimativos’, publicado en la revista especializada Nature Climate Change, concluyó que el presupuesto de carbono fue sobrestimado en al menos 200%. Aunque previos informes habían indicado que el límite máximo permitido de emisiones de carbono globales a partir de 2015 era de 2.390 gigatoneladas, el nuevo estudio concluyó que en realidad se trata de la mitad de esa cifra. Para mantenerse el aumento de las temperaturas globales por debajo de los 2 grados, el límite máximo no debería superar las 590 gigatoneladas. El último acuerdo climático en París había establecido un total de emisiones de 723 gigatoneladas hasta 2030. Esta cifra podría aumentar a medida que suba la demanda de energía, que hasta 2050 sería de más del 600%. (I) Nuevo estudio de dos universidades La plantación de árboles reduce las inundaciones Un estudio de expertos de las universidades de Birmingham y Southampton, en Inglaterra, concluyó que plantar árboles en ciudades reduce el nivel de las aguas tras inundaciones severas hasta 20%, impidiendo de esa forma mayores daños materiales a viviendas y comercios, como también peligros por ahogamiento para la población. Los investigadores indicaron además que el plantado de árboles debería estar acompañado por otras medidas de defensa contra inundaciones, como la construcción de embalses, canales y paredes de protección. Los científicos estudiaron un estrecho de 100 kilómetros de río en la región de New Forest, cerca de la ciudad inglesa de Brockenhurst. Utilizando modelos digitales, evidencia física y datos de previas inundaciones severas en Inglaterra, los expertos lograron elaborar un mapa de zonas de emergencia y terreno. El informe concluyó que plantar árboles en solo 10% de la extensión del río que se inunda, sumado a la construcción de pequeños diques, reduce en un período de 25 años el aumento de las aguas por inundación. El científico Simon Dixon, autor principal del estudio e investigador del Instituto de Bosques de la Universidad de Birmingham, afirmó que plantar árboles hace una enorme diferencia. “Debería ser parte de las políticas públicas para manejar los riesgos por inundaciones, junto a las defensas más convencionales”. En los últimos meses el Servicio Meteorológico británico afirmó que el cambio climático está provocando cada vez más tormentas e inundaciones.

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