La recuperación del patrimonio cultural de Ecuador dio ayer un paso gigante con el acuerdo firmado entre las autoridades españolas y la embajada de Ecuador, en Madrid, para la devolución de 49 piezas arqueológicas prehispánicas. El valor de la colección superaría a los $ 2’000.000 en el mercado clandestino del arte.
Las piezas, arrebatadas a una banda colombiana dedicada al narcotráfico y blanqueo de capitales desmantelada en 2003, forman parte de una vasta colección con más de 1.000 obras precolombinas compradas a buscadores de arte antiguo y exportadas a España de forma ilegal con el objetivo de ser vendidas a coleccionistas sin escrúpulos.
La Brigada de Patrimonio Histórico, en colaboración con la Policía española, interceptó un cargamento a través de la operación Florencia, iniciada contra el tráfico de drogas y blanqueo de capitales en el año 2000. En el cargamento encontrado también había cerca de 700 obras robadas en yacimientos arqueológicos colombianos que fueron devueltas el pasado año.
Las 49 esculturas, vasijas, cerámicas, botellas y joyas de distinto tipo que componen este tesoro artístico y patrimonial recuperado, permiten atravesar el primer y fascinante umbral de una sociedad compleja como la Jama Coaque (500 a.C. y 1531 d.C.), con extraordinarios recursos estilísticos y un intrincado mundo simbólico.
La vasija globular de la Cultura Chorrera, que floreció en la costa de lo que hoy es Guayas y Manabí hace más de 2000 años, con una superficie grabada perfectamente geométrica, resulta todavía más cautivadora teniendo en cuenta que la tecnología disponible en esa época no estaba capacitada para resolver los problemas técnicos que implicaba trazar líneas concéntricas con tanta precisión y que servían para emitir sonidos musicales. Un arte milenario que hace palidecer el que se expone en los museos antropológicos que hay en estas latitudes.
Las figuras de chamanes, con atuendos ceremoniales y mujeres orantes que miran al espectador con sus protuberantes pupilas y enigmáticas sonrisas son el anticipo de un viaje alucinante por el pasado de una remota cultura ecuatoriana.
“Su identidad es lo que permanece en lo más profundo de nuestra alma y resume una historia, nuestra historia como pueblo, que es milenaria”, aseguró el embajador ecuatoriano en España, Miguel Calahorrano, quien estuvo acompañado en la firma del acuerdo de devolución patrimonial a Ecuador de la máxima autoridad de la Policía Nacional española, Ignacio Cosidó, y el director de Bellas Artes y Bienes Culturales, Miguel Ángel Recio.
El saqueo arqueológico suele ser una operación “planificada” y “ejecutada” por bandas organizadas que se benefician de la codicia de ciertos coleccionistas privados adinerados.
En el caso de las 49 piezas ecuatorianas, la investigación policial comenzó en el año 2000, pero no fue hasta hace unos meses cuando expertos de la Dirección de Promoción Cultural del Ecuador determinó que las figuras incautadas pertenecían al patrimonio histórico del país.
Sin embargo, aún no ha podido demostrarse la procedencia de las piezas arqueológicas de gran valor cultural. Según fuentes del Museo de América de Madrid, donde se firmó el acuerdo entre las autoridades, el motivo principal ha sido el expolio. No obstante, los expertos consideran que la buena conservación de las piezas es porque los objetos fueron saqueados en tumbas, lo que se conoce como huaquería.
Una selección de las obras recuperadas quedará expuesta en el Museo de América, de Madrid, durante unas semanas antes de viajar definitivamente a Quito. (I)
Datos
La operación Florida, contra el tráfico de drogas y blanqueo de capitales, inició en el año 2000. En el cargamento se encontraron también 700 piezas colombianas.
Hasta el momento no se ha podido demostrar el origen de las piezas halladas en España. De acuerdo al personal del Museo de América de Madrid provendrían de huaquería.
La Ley de Patrimonio Cultural vigente en Ecuador establece al Estado ecuatoriano como dueño de todos los bienes arqueológicos encontrados en el suelo y subsuelo del país.
La ley prohíbe realizar en Ecuador trabajos de excavación arqueológica o paleontológica, sin autorización del Instituto Nacional de Patrimonio. Hacerlo podría ser sancionado con prisión y confiscación de los objetos