En la costa les atribuyen la buena pesca y en el campo la protección ante las culebras. San Pedro y San Pablo son venerados todo el año.
Miles de manabitas se encomiendan a los apóstoles ya que, según dicen, tienen la llave y el poder de controlar a los peligrosos reptiles. La relación con una buena pesca es debido a que San Pedro fue un pescador.
Entre junio y agosto se les rinde homenaje con misas, rezos y abundante comida y bebida.
Todo este ritual generó que el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) gestione para que estas festividades sean declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Karina Arteaga, directora regional del INPC, señaló que existe un convenio con la Unesco para que conozca de esta celebración manabita y emita dicha declaración. El 24 de junio llega una delegación de la Unesco para analizar esa posibilidad. Los devotos como Muñoz rezan para que se cumpla ese reconocimiento.
En el cantón costero de Jama el 27 de junio se realizarán estas festividades y la organización estará a cargo de la Cooperativa Costa Norte
