El Barça logró su Liga número 23, lo hizo ganando en el campo del Atleti, el equipo que le dejó sin título hace un año justo. El vigente campeón le cede el título a un equipo deLuis Enrique que ha ganado sin ayudas. Lo hizo por méritos propios, no necesitó la ‘ayuda’ del Espanyol ante el Real Madrid. Ya sólo falta Copa y Champions para el Triplete. Sería una forma extraordinaria de culminar el primer año de Luis EnriqueMartínez en el banquillo. De finalizar un año difícil que ha tenido de todo pero que va camino de acabar a lo grande.
Y como no, el título llego gracias a otro gol extraordinario de Lionel Messi, el 54 que firmaba en esta temporada. Ayer faltó su compadre Luis Suárez y le tocó a Pedro Rodríguez hacer el papel del uruguayo con una excelente ‘pared’ con Leo. A él le dan lo mismo ‘Pichichis’. Leo está este año por lograr su segundo Triplete, igual que en el 2009 con Pep Guardiola.
Un equipo, una ‘piña’
El Barça ha ganado la Liga de una forma extraordinaria. Ha acabado con un nivel de juego que le hace claro aspirante a ganarlo todo. Pero, lo que es más importante, es que lo ha hecho como un equipo. El festejo que hubo tras el 3-0 al Bayern en el Camp Nou fue el mejor ejemplo de cómo habían cambiado las cosas. También algún detalle que ha trascendido de la relación entre Lucho y Leo, del técnico y el resto de tridente,Neymar y Suárez. Esto pinta bien, que nadie lo estropee. En el vestuario del Calderón, los jugadores ducharon con cava y agua a su técnico, se abrazaron a Luis Enrique. Hay buen rollo y ‘feeling’ entre los dos bandos que tan distanciados llegaron a estar.
¡Qué lejos queda ‘lo’ de Anoeta! Desde entonces Luis Enrique ha sabido dar un giro necesario a su forma de conducir al equipo, en el día a día, pero también a nivel futbolístico. También los pesos pesados del vestuario han ido rebajando su tirantez hacia el ‘staff’ técnico. Y en ese cambio ha sido importante la figura del presidenteJosep Maria Bartomeu que, primero, puso paz y, luego, supo colocar a cada uno en su sitio. Despidió a Andoni Zubizarreta y a Emili Sabadell porque no habían cumplido con su trabajo, no había apagado el fuego que incendiaba el vestuario y lo podía haber arrasado todo, como a punto estuvo de suceder. De paso, ‘Barto’ aplacó al entorno azulgrana al convocar elecciones.
Ahora, Copa y Champions
La victoria en el Calderón, que era lo que buscaban técnicos y jugadores del Barça, permite a Luis Enrique poder administrar fuerzas cara a la fina de Copa ante el Athletic y de Champions frente a la Juventus. Lucho puede ir rotando a futbolistas básicos que han jugado prácticamente todo en los últimos partidos.
El Barça ha ganado el título desde el portero Claudio Bravo, más que merecido ‘Zamora’. En el Manzanares al inicio del partido volvió a ser el portero salvador con sus intervenciones. Que decir de Piqué y Mascherano que pusieron la línea atrás, de Alvesy Alba que recorrieron kilómetros. También Mathieu.De los centrocampistas que empezaron (Rakitic, Busquets e Iniesta) y de los que entraron luego (Xavi y Rafinha). Faltó sólo Luis Suárez que lo han reservado para el resto del Triplete y que dejó su sitio a Pedro para que ayudara a sus dos amigos y camaradas de lujo, a Messi y Neymar.
Que quieren que les diga, me pueden acusar de haberme bebido ya todo el cava que había en la nevera, pero veo un final de temporada con los jugadores manteando aLuis Enrique. Eso es para mi lo más importante, que se está reafirmando un proyecto al que le queda mucho recorrrido con Lucho al frente ya que le queda un año de contrato para completar su obra.
La única pega al título fue que mientras muchos atléticos aplaudían al Barça, tal como los barcelonistas hicieron el año pasado a los colchoneros en el Camp Nou cuando salieron campeones, otros no estuvieron a la altura de su ejemplar presidente Enrique Cerezo. Sobraron los gritos de “¡Juventus, Juventus!”. Por cierto, la ‘Vecchia Signora’ felicitó en su web oficial al Barça por su título y lo hizo en catalán. No hace falta decir nada más. ¡Saluden al campeón! El Triplete asoma, está a dos partidos, uno en el Camp Nou y otro en Berlín
