Leo Messi es imparable

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Guardiola tiene razón hasta cuando se equivoca. El técnico del Bayern tenía claro que el partido entre su equipo y el Barcelona estaba tan equilibrado que únicamente un genio como Messi podía decidirlo. YLeo apareció cuando después de 76 minutos de juego al máximo nivel, con los jugadores de uno y otro equipo exhaustos, con las piernas doloridas, sin poder medir los espacios y sin ser capaces de conectar el cerebro con las extremidades logró tumbar el muro de Neuermarcando el 1-0. A partir de ese momento, el partido quedó en manos del argentino, que minutos despuésmejoró su obra de arte reventando Boateng y vacunando suavemente al portero alemán para marcar el 2-0 que Neymar, en el descuento redondearía con un tercer gol (a pase de Messi, obviamente). Un 3-0 que culmina un partidazo majestuoso y que deja alBarça a las puertas de la final de Berlín y al Bayern obligado a una remontada histórica dentro de seis días.

Antes de que el partido tuviera el nombre propio deMessi, pasaron muchas cosas sobre el césped. Todas buenas. Fue un encuentro sensacional que la aparición final del argentino elevó a la categoría de antológico. El primer cuarto de hora del partido entre el Barcelona y el Bayern fue absolutamente memorable, de videoteca. El Bayern salió con defensa de tres, el Barça aceptó el reto y el encuentro se dirimió cara a cara, en duelos individuales en el que lo perdía, quedaba retratado. SiTarantino filmara un partido de fútbol, ese primer cuarto de hora llevaría su firma. Fue lo más frenético que se ha visto en tiempo. Si los primeros quince minutos de la eliminatoria fueron así, no quiero ni pensar como serán los últimos quince en el Allianz. Adrenalina pura.

En medio de la locura, el Barça fue mucho mejor y el Bayern se sostuvo gracias a un Neuer impresionante. El gigante alemán no es que pare balones, es que cuando los para desmoraliza al rival, porque reduce cualquier jugada de ataque al mero gesto funcionarial de atajar el balón con la misma pasión que el que aprieta una tuerca en una cadena de montaje. Con esta frialdad, Neuer desmontó la primera ocasión de Suárezy una segunda de Alves. El Barcelona se comía al Bayern con la misma facilidad que Neuer apartaba las migas de la mesa cuando los catalanes llegaban a sus dominios.

En el segundo tiempo, los alemanes ajustaron posiciones gracias a un excelente partido de Xabi Alonso, que fue el gran líder del equipo de Guardiola y el Barcelona tuvo que preocuparse más de su portería que de la del rival. Quedaba un cuarto de hora para el final y era evidente que tras esa lucha titánica los equipos estaban agotados. La hipótesis de pactar un empate y citarse en Alemania no era descabellada, pero es en esos momentos cuando aparece el talento individual. El talento mayúsculo. Y si hablamos de eso, hablamos de Messi, que con un latigazo seco desde la frontal tumbó al gigante Neuer. Cinco minutos después, Leo ponía en pie al planeta, ganaba el próximo Balón de Oro y entraba en la historia del fútbol al romper la cadera de Boateng por 17 sitios y culminar el segundo tanto con un toque suavecito ante el que Neuer se deshizo como un azucarillo.

Con el 2-0, el Bayern miraba más al cronómetro que a la portería de un Ter Stegen que no pasó por apuros. La lucha de Suárez durante todo el encuentro se vio recompensada en el descuento por un balón robado, que sirvió a Messi, quien se lo dejó franco a Neymar, que burló al portero del Bayern en un contragolpe de libro que pone al Barça muy cerca de Berlín.

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