Con la «figura pequeña, indoblegable e inolvidable», así describío el Cantor del Pueblo, Ali Primera al héroe Ho-Chi Min. Y también pequeño, indoblegable y por lo tanto inolvidable es aquel país arrinconado contra el Mar de China que a lo largo de la historia batalló contra cinco imperios.
Hasta el siglo XI, lo que hoy se conoce como Vietnam luchó durante largos periodos contra el poderío de las dinastías chinas conquistando su independencia.
Después vinieron los mongoles quienes por lo menos en tres ocasiones entre 1257 y 1288 lanzaron grandes campañas militares para expandir sus dominios, fallando en el intento.
Y fue en el siglo XX cuando combatieron y derrotaron a franceses, japoneses y estadounidenses.
Pero no es posible comprender la gesta heroica del pueblo vietnamita contra el imperialismo francés, japonés y estadounidense sin resaltar el papel cumplido por otra “figura pequeña”, como la del legendario general Vo Nguyen Giap, conocido como el ‘Napoleón Rojo’.
Su extraordinaria capacidad como estratega militar, es de tales dimensiones que basta mencionar que en el siglo pasado, dirigiendo un ejército de guerrilleros empobrecidos, hambrientos, pero llenos de dignidad, se enfrentó y derrotó a los tres imperios y fue artífice de la liberación, primero de Vietnam del Norte, luego del Sur y más tarde de la reunificación de la patria.
En mayo de 1941 en la conferencia de Chingsi (China), junto con Ho Chi Minh, funda el Dong Minh (Liga Vietnamita para la Independencia), más conocido como Vietminh, para agrupar las fuerzas antijaponesas en un único frente de liberación nacional. Ese mismo año Giap se traslada a las montañas del interior de Vietnam para iniciar la guerra de guerrillas.
Allí estableció una alianza con Chu Van Tan, dirigente del Tho, un grupo guerrillero de una minoría nacional de Vietnam del noreste. Giap comenzó a construir el Tuyen Truyen Giai Phong Quan, un ejército capaz de expulsar al ocupante francés y sostener el programa del Vietminh.
Inició una campaña de dos años de propaganda armada y de reclutamiento, convirtiendo a los campesinos en guerrilleros con una combinación del entrenamiento militar y la formación política comunista.
A mediados de 1945 tenía ya unos 10.000 hombres bajo su mando y pudo pasar a la ofensiva contra los japoneses que ocupaban todo el sudeste de Asia.
Junto con Ho Chi Minh, Giap dirigió sus fuerzas hacia Hanoi en agosto de 1945, y en septiembre Ho Chi Minh pudo proclamar la independencia de Vietnam, con Giap al mando del ejército revolucionario.
En la posterior guerra contra el colonialismo frances, Giap demostró la superioridad de la guerra popular sobre las fuerzas imperialistas obteniendo una espectacular victoria el 7 de mayo de 1954 en la decisiva batalla de Dien Bien Phu, una valle situado a unos 300 kilómetros al oeste de Hanoi en el que se habían atrincherado las fuerzas ocupantes francesas, confiadas en la protección de las montañas y en conseguir batir a las fuerzas revolucionarias cuando descendieran.
De los 15.094 mercenarios franceses que se agruparon en Dien Bien Phu, después de casi seis meses del sitio, solamente 73 lograron escapar del cerco, mientras que 5.000 murieron y 10.000 fueron capturados.
Giap y el general Denhg lanzaron un asalto frontal a la guarnición que arrojó a los colonialistas franceses definitivamente de Indochina.
El ejército de Giap y Denhg padeció la muerte de 25.000 combatientes. Giap y Denhg derrotaron a los imperialistas con una acumulación logística extraordinaria y un uso eficaz de la artillería bien protegida.
Los 60 cazabombarderos norteamericanos B-29 que acudieron en apoyo de la guarnición francesa, no lograron su objetivo, obligando a los imperialistas a diseñar un plan criminal elaborado por el almirante norteamericano Radford y el general francés Navarre consistente en arrojar bombas nucleares contra las fuerzas revolucionarias.
La campaña de Dien Bien Phu fue la primera gran victoria de un pueblo colonial y feudal, con una economía agrícola primitiva, contra un experimentado ejército imperialista sostenido por una industria y pujante moderna bélica.
Los más conocidos generales franceses (Leclerc, De Lattre de Tasigny, Juin, Ely, Sulan, Naverre) fracasaron uno tras otro frente a unas tropas integradas por campesinos pobres pero decididas a luchas hasta el final por su país y por el socialismo. Giap fue desarrollando, en cada etapa de su lucha, tácticas ingeniosas para vencer al enemigo.
En el caso de la batalla final contra los ocupantes franceses, en Dien Bien Phu, en 1954, sorprendió porque su ejército de guerrilleros, que ni siquiera usaban zapatos y apenas sí unas sandalias fabricadas con llantas, se infiltraron en las filas enemigas, y pieza por pieza, al hombro, cargaron su artillería y las provisiones necesarias para dar una batalla contra el enemigo, que finalmente ganaron.
Vietnam resultó dividido y Giap fue nombrado ministro de Defensa del nuevo gobierno del Vietnam del norte que, al tiempo que continuaba la guerra popular, se esforzaba por construir una nueva sociedad socialista.
Años más tarde, en sus escritos y entrevistas recomendaría: “Evitar el enemigo cuando es fuerte, atacarlo cuando es débil.
La guerra no es sólo un asunto de los militares, sino de todo el pueblo.
El campesino debe estar armado, pero cultivando su tierra”.
Como comandante del nuevo ejército popular, Giap dirigió la lucha en la guerra de Vietnam contra los nuevos invasores norteamericanos en el sur del país, que una vez más comenzó bajo la forma de guerra de guerrillas.
Los primeros soldados estadounidenses murieron en Vietnam cuando el 8 de julio de 1959 el Vietcong atacó una base militar en Bien Hoa, al noreste de Saigon.
Ese año más de 1.000 lacayos del imperialismo americano fueron ajusticiados por los guerrilleros del Vietcong y antes de 1961 otros 4.000 habían caido.
Solamente en la epopeya final contra la invasión norteamericana, Giap con sus hombres derrotó a un ejército, el de Saigón, de más de un millón de hombres armados y financiados por los Estados Unidos y equipados con la mejor tecnología conocida, en lo que constituyó la segunda gran derrota militar a la mayor potencia económica del mundo.
La primera se la había proporcionado otra figura pequeña: El “General de Hombres Libres”, Augusto C. Sandino en Nicaragua, en los años 20. Cuatro presidentes americanos lucharon sucesivamente contra Vietnam, dejando el rastro de sangre de 57.690 mercenarios americanos ejecutados.
Por parte vietnamita murieron 600.000 combatientes pero finalmente los Estados Unidos fueron obligados a salir del país en 1973. Dos años más tarde el país fue reunificado, cuando un tanque del ejército revolucionario embistió la valla de protección de la embajada americana, mientras los últimos imperialistas huían precipitadamente en un helicóptero por el tejado del edificio.
El general Giap no sólo fue un maestro en el arte de dirigir la guerra revolucionaria, sino que además escribió sobre ella en 1961 su famosa obra “Guerra popular, ejército popular”, un manual de la guerra de guerrillas basado en su propia experiencia. En él establece los tres fundamentos básicos que debe disponer un ejército popular para lograr la victoria en la lucha contra el imperialismo: dirección, organización y estrategia.
La dirección del Partido Comunista, una férrea disciplina militar y una línea política adecuada a las condiciones económicas, sociales y políticas del país.
Definió la guerra popular como “una guerra de combate para el pueblo y por el pueblo, mientras que la guerra de guerrillas es simplemente un método del combate. La guerra popular es un concepto más general. Es un concepto sintetizado. Es una guerra a la vez militar, económica y política”.
La guerra popular no sólo la hace un ejército, por más que sea popular, sino que la hace todo el pueblo porque es imposible que un ejército revolucionario, por sí mismo, pueda lograr la victoria contra la reacción, sino que es todo el pueblo el que tiene que participar y ayudar en una lucha, que necesariamente debe ser prolongada.
Vo Nguyen Giap, fallecido el 4 de octubre de 2013 a la edad de 102 años, había nacido el 25 de agosto de 1911. Era hijo de un campesino que, aunque carecía de tierras, sabía leer y escribir y luchó toda su vida contra el régimen colonialista impuesto a su país.
En 1926, siendo aún muy joven, comenzó a luchar por la liberación de Vietnam en el instituto en el que estudiaba. Se incorporó al Menh Dang del Tan Viet y, dos años más tarde, al Quoc hoc, organizaciones clandestinas que realizaban agitación contra la ocupación extranjera.
Destacó como un genio de la logística, capaz de movilizar continuamente importantes contingentes de tropas, siguiendo los principios de la guerra de movimientos.
Lo hizo así contra los colonialistas franceses en 1951, infiltrando a un ejército entero a través de las líneas enemigas en el delta del río Mekong, y otra vez adelantando la ofensiva de Tet en 1968 contra los estadounidenses, cuando situó a millares de hombres y toneladas de aprovisionamientos para un ataque simultáneo contra 35 centros estratégicos del sur.
La batalla de Ia Drang (19 de octubre-27 de noviembre de 1965) fue una de las más importantes del combate para ambos bandos durante la guerra de liberación de Vietnam.
Tras ella el general imperialista Westmoreland creyó que la movilidad aérea y la potencia de fuego en gran escala serían la respuesta a la estrategia de Giap, pero éste apostó a sus soldados tan cerca de las líneas americanas que los B-52 soltaban las bombas encima de sus propias filas.
Todavía hoy las tácticas guerrilleras de Giap constituyen una de las fuentes de estudio de las estrategias militares en el mundo.
A 40 años de la victoria sobre el imperialismo norteamericano es importante tener presente la larga lucha sostenida contra cinco poderosos imperios.