La batalla del Vicente Calderón deja al ‘Cholismo’ en entredicho. El Atlético de Madrid-Barça deja una larga resaca protagonizada, en gran parte, por asuntos extradeportivos originados en la frustración del conjunto ‘colchonero’. Gabi, Arda, Cani, Juanfran y el propio Simeone dieron claras muestras de no haber encajado con deportividad el KO copero.
Diego Pablo Simeone es uno de los grandes culpables de la derrota del Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. Más allá del balance de la eliminatoria, los rojiblancos debieron ganar el duelo ante el FC Barcelona si hubieran tenido un verdadero líder que les guiara durante los 90 minutos. El técnico argentino habitualmente deja señas de su carácter, intensidad y espíritu, el cual inculca a sus jugadores, pero esta noche no ha tomado las decisiones adecuadas. A pesar de tener a la grada volcada con él y con su equipo, no ha manejado la situación como requería un duelo de esta índole.
El once con el que salió en el Manzanares se trataba del más previsible posible para cualquier colchonero. El equipo tenía notables bajas en todas las líneas pero ello no impidió que se adelantaran en el marcador. Fernando Torres devolvió la ilusión a la hinchada en el primer minuto de juego pero con el paso de los minutos los de Luis Enrique tomaron el mando. Un tremendo Neymar desbarató los planes de Simeone, que no supo reaccionar a su debido tiempo para frenar un desastre que nunca debió ocurrir. El tanto inicial igualaba la eliminatoria pero la ventaja poco duró.
La primera mitad se vio sumida en el mayor de los caos. La zaga colchonera no fue capaz de tapar las acometidas de Messi, Suárez y Neymar hasta que el punto de encontrar descolocados tanto a Miranda como a Giménez. Tan solo las alas encontraron su sitio atrás pero de nada sirvió teniendo en el centro a dos futbolistas fuera de su sitio. Puede que se debiera a que Simeone optó por incluir a Giménez en su zona en defensa menos habitual y que ello terminara repercutiendo en Miranda pero lo cierto es que la sensación sobre el campo fue de un equipo que atacaba sin objetivo, sin sentido y a lo loco.
El partido pronto se le escaparía a Simeone. Las entradas, el juego duro y la grada terminaron por encender los ánimos en el Calderón pero fueron los futbolistas quienes con sus actos condenaron al equipo. Gabi en el descanso y Mario Suárez en la segunda mitad fueron expulsados. El entrenador debió prever ambas situaciones teniendo en cuenta la fama de ambos futbolistas pero no fue capaz de ello. La expulsión del capitán puede parecer incontrolable pero lo cierto es que el técnico no supo controlar a su extensión sobre el campo. La de Mario, una salida más que predecible teniendo en cuenta el número de faltas que realizó durante el partido.
Los cambios fueron otro despropósito del técnico. Con la eliminatoria perdida, Simeone optó por incluir a Saúl por Griezmann tras la expulsión de Gabi. Entendible para reforzar la medular en caso de tener el marcador a favor pero necesitando tres tantos no guarda ninguna lógica. Jesús Gámez salió por Juanfran y Cani por Arda Turan. El primero, un sin sentido dadas las circunstancias, a no ser que el lateral tuviera alguna molestia. El segundo, casi jugador por jugador en un tramo de partido con todo decidido.
En definitiva, Simeone no acertó al manejar la situación, no supo controlar a sus futbolistas y tampoco acertó con los cambios. En estas ocasiones los jugadores suelen entonar el ‘mea culpa’ habitual ante los medios y, aunque también sean los protagonistas, el papel principal lo ha jugado el planteamiento de su entrenador. Se ha visto un Atlético fuera de sitio, alterado, sin rumbo y sin motivación tras el 2-3. El Calderón se ha volcado con el equipo durante los 90 minutos de partido pero no ha sido posible lograr la hazaña que tantos aficionados reclamaban. La Copa se trata sin duda de la competición menos importante para esta plantilla aunque sí espero que hayan aprendido, y no repitan, los errores cometidos ante el Barcelona