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LA OBRA ESTARÍA LISTA EN 2 AÑOS El Municipio de Portoviejo planifica un parque de negocios en el exaeropuerto

El aeropuerto Reales Tamarindos de Portoviejo ha permanecido cerrado 2 años y desde varios sectores se plantean propuestas para utilizar esos predios.

Uno de los planteamientos es un gran parque metropolitano, idea presentada por el presidente de la República, Rafael Correa, durante una de sus visitas a la capital manabita.

Agustín Casanova, alcalde de Portoviejo,  días atrás se mostró a favor de realizar un megaproyecto en los predios del exaeropuerto. El funcionario apunta a que esta será la obra insigne de su gestión. “Esperamos construir el parque de negocios Villanueva. Tengo listo el modelo de negocios que voy a implementar. Será un gran parque, en su mayoría con espacios verdes. Tendrá espacio para oficinas, un centro cultural y la parte comercial. Habrá un centro gastronómico, para que las personas no se pongan en la calle a vender comida, sino que tengan un espacio específico”, resalta Casanova.

El burgomaestre cuenta, además, que se ha planificado ubicar la zona rosa de Portoviejo en estos predios. “Ya no habrá discotecas junto a colegios y lugares en los que no deben estar”, subraya.

Indica también que en el proyecto entra un parque acuático. La inversión aproximada para esta obra será de $ 250 millones y estaría lista 2 años después de que inicien los trabajos de construcción.

El Gobierno Provincial de Manabí (GPM) también ha hecho trascendente un plan y para el efecto elaboró un proyecto arquitectónico-urbanístico llamado ‘Portoviejo despega’.

La obra urbanista ocuparía las 43 hectáreas del aeropuerto y 40 más de la planta de tratamiento de aguas residuales (laguna de oxidación) ubicada en la parroquia Picoazá.

Se pretende que el 75% del lugar sea áreas verdes y el 25%, infraestructuras destinadas a 3 áreas: gubernamental, cultural y comercial.

Junto al proyecto se abrirán vías que conecten a la avenida Manabí con la Reales Tamarindos mediante la prolongación de la avenida del Periodista y la calle Tiburcio Macías, para mejorar la movilidad vehicular.

El presidente del Colegio de Arquitectos, Cristian Romero, asegura que la propuesta de un parque metropolitano es factible para el aspecto urbano de la urbe.

A esa idea se une el también arquitecto Édison Miranda, quien cree que Portoviejo tiene todas las posibilidades para ser una ciudad metropolitana. “Es el momento oportuno para que desarrolle su economía, turismo y riqueza ancestral, en virtud de que todo depende de una buena planificación”, destaca Miranda.

Dumar Iglesias, presidente de la Casa de la Cultura de Manabí, expresa que ‘Portoviejo despega’ es una iniciativa viable para la ciudad y espera poder trasladar la actividad cultural a las que serían las nuevas instalaciones culturales, donde se pueda hacer magnos eventos.

De momento, parte de la pista es utilizada por centenares de portovejenses para realizar ejercicios. Un promedio de mil personas diarias toman clases de bailoterapia. Esta iniciativa fue tomada por la Dierección de Deportes del Municipio.

Decisión del ejecutivo

La disposición del presidente Correa fue cerrar el aeropuerto Reales Tamarindos para aprovechar óptimamente los terrenos, puesto que las operaciones del mismo no eran factibles por encontrarse cerca de la terminal aérea de Manta (45 minutos de viaje, aproximadamente).

Iglesias menciona que el cierre del Reales Tamarindos no ha afectado al movimiento económico de la ciudad. Roosevelt Cedeño, abogado de los extrabajadores de la terminal, sostiene que no se puede utilizar los predios para ningún proyecto, mientras no concluya una acción contenciosa administrativa que presentaron sus 23 clientes al verse perjudicados con el cierre del aeropuerto.

Su época de bonanza

El historiador Leonardo Falconí realza las décadas de los ochenta y noventa cuando el aeropuerto era un enlace vital del cantón. Gracias a esto, Portoviejo llegó a tener una relación poblacional económico-cultural con las ciudades de Quito y Guayaquil.

El impulso brindado por la pista aérea no se quedó solo en el comercio, sino que influyó en otras áreas de crecimiento para la capital de los manabitas.

A mediados de los noventa, desencadenó en la creación de empresas manabitas dedicadas a la aeronáutica como Viama, Takiga, Aerobahia, Aerozam, Aeromanta, que se sumaron a la estatal TAME, que ya operaba desde 1970.

“Los predios de la antigua terminal aérea deberían tener una intervención arquitectónica urbanística que determine el desarrollo de la malla urbana para los próximos 20 años. Anhelo que el aprovechamiento del área en mención sea un peldaño para la evolución de Portoviejo en el siglo 21”, señala Falconí.

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