Hay pueblos con historias muy bonitas, con bellas tradiciones, acontecimientos que han trascendido épocas, con hombres y mujeres muy grandes, pero como el nuestro… Ustedes recuerdan cuando cayó al agua uno de los expedicionarios del Granma y Fidel dijo que no seguían hasta rescatarlo, eso mismo hizo este pueblo con nosotros, solo que nos demoramos un poquito más.
Así le dijo Tony a la prensa tras la clausura de la Asamblea Nacional el pasado sábado, día en el cual el Parlamento cubano vivió lo que soñó durante 16 largos años, tener en su seno a los Cinco Héroes, injustamente condenados en Estados Unidos por proteger a su Patria del terrorismo.
Cada Periodo Ordinario de Sesiones tuvo la presencia de las madres, las esposas, hijas e hijos, hermanos y hermanas, madres. Y se sentaban allí, en uno de los laterales de la sala principal del Palacio de Convenciones, justamente porque en su firmeza ellos estaban presentes.
Cuántas veces diputados, invitados, periodistas, trabajadores de ese recinto, Fidel, Raúl, miraron a aquellas heroicas familias y se imaginaron la escena del sábado 20 de diciembre del 2014, la cual no dejamos de soñar, porque cuando Fidel dijo otro sábado, el 23 de junio del 2011 ¡Volverán! no lo hizo desde una condición de profeta, sino desde su profunda convicción de victoria, esa que Raúl recordaba en su discurso, porque justamente un día después de que los Cinco se reencontraron en la Patria, se cumplían 58 años de su reencuentro en Cinco Palmas de Vicana, en pleno corazón de la Sierra Maestra, con el Comandante en Jefe, quien le dijo “ahora sí ganamos la guerra”.
Elián, ya casi un ingeniero industrial tras 14 años de su regreso, y Juan Miguel, su papá, junto a Cardoso Villavicencio, otro valladar de resistencia al vencer más de 10 años de prisión en la lejana Somalia, son expresión de esa fe indestructible en el triunfo, cuando se defiende una causa justa.
El propio Tony cuando subió con sus compañeros a cantar junto a Silvio en el concierto del Latinoamericano, también el sábado, le dijo al trovador que “hace cuatro días que llegamos y parece que nunca nos fuimos”. No había frase más exacta para ilustrar que cada mujer cubana se sintió Mirta.
La humildad los inunda cual gigantesca ola de modestia. La primera frase que le escuchamos a Gerardo fue gracias y la ha repetido en estos días infinidad de veces, como mismo ha dicho también, muchísimo en las intensas horas de emoción, que se siente orgulloso de ser revolucionario cubano. Las gracias salen hoy de millones de gargantas de esta Cuba que él y sus compañeros de lucha han hecho más revolucionaria e invencible.
La solidaridad que generaron los Cinco se patentizó entre los colegas de la prensa. Angélica Paredes, la periodista de Radio Rebelde, llegó emocionada al Centro de Prensa del Palacio y no se guardó para ella lo que podría ser un clásico palo periodístico. “Vengo a compartir la grandeza de estos hombres con ustedes, aquí tengo la grabación”.
Escuchamos cómo un enjambre de periodista le preguntaba a Gerardo por el retoño que Adriana alumbrará. «La emoción es muy grande. Todo el mundo nos pregunta y nosotros nos divertimos mucho con todos los comentarios y especulaciones. La realidad es que en silencio ha tenido que ser; esta parte también. Sin dar muchos detalles porque no queremos perjudicar a nadie, a personas que tuvieron buenas intenciones para ayudar, como parte de todo este proceso una de las primeras cosas que se logró fue esto (el embarazo) «, precisó el héroe.
Mientras que a Ramón se le desbordaba el cariño por su tierra al decirle a los periodistas que “nosotros lo que hicimos fue resistir y y el pueblo construyó este regreso”. Y comentó sobre los nuevos retos y momentos que vive el país para asegurar que “tenemos hombres y mujeres, listos y capacitados para la victoria.
Los abrazos entre ellos y la manera en que se juntaron, como si fueran adolescentes todavía, para cantar junto al trovador que llegó por San Antonio de los Baños, El Mayor, hicieron resucitar a Agramonte y trajeron a Amalia vestida hoy de Adriana, de Olga o de Elizabeth.
Los Cinco ya están aquí, y no han pedido vacaciones. Desde que pusieron un pie en su Patria, se han puesto a disposición de ella, a incorporarse a seguir construyéndola, defendiéndola.
Y les escuchamos decir que querían subir al Turquino, cuando Ramón mejore un poco. Allí, en lo más alto de Cuba, volverán a hablar con Martí.
