Agustín Casanova sostiene que lo que deben hacer los entes públicos es empezar a reconstruir, porque eso genera trabajo.
El alcalde estuvo ayer en el Fuerte Militar Manabí, donde se asignó un galpón para recibir las donaciones para Portoviejo y se concentró el personal del municipio para colaborar en lo que se requiera. Casanova dice que hay que empezar a planificar la nueva ciudad.
ED. ¿Cuál es el trabajo que se cumple para atender a la población?
Tenemos brazos para organizar las fundas o los kits de alimentos, pero es una labor complementaria porque no tenemos movilización ni seguridad para hacer nuestro trabajo.
El martes intentamos tener un centro de acopio cercano al aeropuerto que resultó riesgoso porque entendemos la desesperación de la gente. Por eso decidimos venir al Fuerte Militar, donde está asignado un galpón para Portoviejo, donde se atienden los pedidos del Gobierno Nacional para que los militares se encarguen de distribuirlos a través de las UPC.
ED. ¿Bajo qué parámetros se ha dispuesto la demolición de estructuras que no se cayeron?
Determinamos y pedimos autorización al Comité de Emergencia que preside Carlos Bernal (Secretario del Agua) para que nos permita empezar una determinación con el grupo Tracsa, fiscalizador del hospital de especialidades, la Universidad Técnica de Manabí y la Espol. Ese equipo determinará cuáles son los edificios en riesgo de desastre total y estimará qué tipo de demolición se requiere. Por eso ayer suspendimos las tareas de remoción, en parte porque todavía existía la posibilidad de encontrar sobrevivientes, y porque nos van a decir técnicamente si este edificio lo tumban y ese edificio no tumbamos.
ED. ¿Lo decide el municipio o requiere autorización del propietario?
Hay que ver el riesgo, el tipo de demolición y dónde entrar. Si un edificio está garantizado autorizamos a los ciudadanos, por ejemplo los comerciantes, para que retiren su mercancía.