«Es un momento difícil para el fútbol, los hinchas y la FIFA», reaccionó el presidente del organismo mundial, Joseph Blatter, ante el escándalo provocado por la detención este miércoles en Zúrich de siete responsables sospechosos de corrupción.
«Comportamientos así no tienen su lugar en el fútbol y nos aseguraremos de que los implicados estén excluidos del juego», añadió Blatter en el texto, en el que hacía su primera valoración del caso.
Instantes antes, la FIFA había anunciado mediante otro comunicado la suspensión provisional de once personas implicadas en el escándalo, entre ellas uno de sus vicepresidentes, Jeffrey Webb (presidente de CONCACAF), después del procedimiento emprendido por la justicia estadounidense.
«Continuaremos trabajando con las autoridades competentes y nos esforzaremos con vigor, en el interior de la FIFA, para erradicar todo comportamiento inapropiado con el objetivo de recuperar la confianza», añadió Blatter.
El actual presidente de la FIFA cree que estas acciones judiciales contribuyen al objetivo de su organismo de erradicar la corrupción.
«Damos la bienvenida a las acciones y las investigaciones de las autoridades de Estados Unidos y Suiza, y creemos que ayudarán a reforzar las medidas que la FIFA ya ha tomado para erradicar los delitos en el fútbol», señaló.
– ¿Quinto mandato en peligro? –
Estas detenciones sumen de nuevo a la FIFA en una profunda crisis y llegan apenas dos días antes de la elección presidencial, donde Blatter, de 79 años y en el puesto desde 1998, aspira a lograr un quinto mandato. Frente a él estará el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, que emitió su reacción oficial horas antes que el suizo, pidiendo confianza para acabar con «la crisis».
«No podemos continuar con la crisis de la FIFA, una crisis que ha estado mucho tiempo presente y no solo por los relevantes eventos de hoy (miércoles)», declaró en un comunicado el príncipe Ali.
«La FIFA necesita un liderazgo que gobierne, guíe y proteja nuestras asociaciones nacionales», prosiguió. «Un liderazgo que acepte la responsabilidad por sus acciones y no culpe a otros», sentenció.
Antes que Blatter, la FIFA había sido de las primeras en dar su punto de vista sobre lo ocurrido, con una conferencia de prensa convocada de urgencia en sus instalaciones y en la que estuvo su responsable de comunicación, Walter De Gregorio.
Gran parte de esa intervención fue para dejar claro que la FIFA se siente «víctima» de lo ocurrido y que el presidente Joseph Blatter y su número dos, el secretario general Jérôme Valcke, no están implicados en el escándalo.
«El presidente no está involucrado. Es el presidente de la FIFA, es un presidente que está a dos días de las elecciones. Si le reeligen los 209 volantes será el presidente para cuatro años más», explicó De Gregorio, que confirmó que no se iba a retrasar la elección presidencial o el Congreso.