Abonado a los escándalos y a la polémica, tan letal en los micrófonos como lo fue dentro de la cancha, a Diego Armando Maradona nunca se lo tomó demasiado en serio cada vez que levantaba su voz en contra de la FIFA y sus autoridades a lo largo de su historia como futbolista y también luego de su retiro.
Sin embargo, esta vez, el tiempo parece darle la razón, con el allanamiento a la entidad que rige el fútbol mundial y la detención de varios de sus funcionarios por diferentes causas de corrupción, sobornos y lavado de dinero.
Desde sus épocas como jugador, cuando estaba enemistado públicamente con el brasileño Joao Havelange, presidente de FIFA durante 24 años,Maradona se encargó, cada vez que pudo, de intentar denunciar el comportamiento del organismo, aduciendo que jamás pensaba en el futbolista y se llenaba los bolsillos a costa suya.
Pero la llegada del suizo Joseph Blatter al poder, lejos de calmar las aguas, no hizo más que incrementar la «batalla» librada entre Diego y la FIFA. Ya desde la posición de «mejor futbolista de todos los tiempos», Maradona se convirtió en voz autorizada para erigirse como el enemigo público número 1 de la entidad con sede en Zurich.
En De Zurda, el programa que condujo junto a Víctor Hugo Morales durante el Mundial de Brasil 2014, el astro argentino se encargó una y otra vez de pegarle al ente, con acusaciones que también incluían a su eterno«enemigo» futbolístico, el brasileño Pelé, al que siempre acusó de «cómplice».
Sin ir más lejos, para estas elecciones en las que Blatter planea renovar su mandato, el 10 había apoyado públicamente al Príncipe de Jordania Ali Bin Al Hussein, un millonario con el que se encontró en Viena y con el que se había propuesto «destronar a Blatter».
«Tenemos muchas chances de pegarle una patada en el culo a Blatter», había afirmado Maradona hace un mes, cuando además agregó: «Al Hussein no tiene necesidad de robar. Tiene su dinero y tiene mucho, no tiene necesidad de hacer lo que hace Blatter, de creerse el todopoderoso del fútbol cuando no pateó una pelota».
Y hace pocos días, casi como un oráculo que ya sabía lo que iba a explotar en la mañana de este miércoles, Diego había ido más allá e hizo extensiva las críticas y denuncias a todos los funcionarios de FIFA.
«La FIFA se ha convertido en un campo de juego para los corruptos. Bajo el mando de Blatter, se transformó en una desgracia y una dolorosa vergüenza para los que realmente nos interesa el fútbol. Yo llamo a Blatter ‘el hombre de hielo’, por su falta de inspiración y de pasión, que son el corazón mismo de este juego. Si esta es la cara del fútbol mundial, estamos en un muy mal lugar», había disparado, vaticinando una olla que terminó por explotar hoy.
En su última aparición mediática para referirse al tema, Diego pidió «un liderazgo joven y creativo, uno que sea inclusivo y abierto a las nuevas ideas». Y las elecciones son apenas en dos días