El archivo general de la Función Judicial abrió sus puertas en febrero – El sitio guarda 96 millones de documentos.
A juicio por un caballo flaco. El animal fue entregado en prenda por una deuda y cuando el acreedor reunió el dinero para saldarla lo encontró ‘casi en los huesos’. Él demandó al responsable para que su caballo recupere su condición. Era el siglo XVIII. El juez dictaminó que quien tenía el animal en custodia debía engordarlo y devolverlo repuesto.
Por ese entonces, en la lista de procesos judiciales no eran raras las demandas por el robo de gallinas o de ganado vacuno. También eran comunes los conflictos por herencias, tierras o definición de linderos. Así lo demuestran los documentos recuperados en el Archivo General de la Función Judicial. El lugar funciona desde el 18 de febrero, en el norte de Quito.
Un espacio de 5.000 metros cuadrados alberga 96 millones de documentos que guardan tres siglos de historia judicial, entre 1700 y 2014.
La preparación del Archivo, su ambientación y traslado de las causas tomó más de un año. Fue necesaria la ayuda de camiones militares para trasladar las cajas blancas que contienen los procesos, contó Karina Logroño. Ella es la subdirectora nacional de Archivos y Gestión Documental de la Judicatura.
Uno de los documentos que llamó su atención y de la jefa del Laboratorio de Conservación, Sonia Merizalde, es un juicio civil iniciado en 1910. Según los reportes encontrados, hasta 1938 la causa no había concluido. ¿Cuál era el motivo de la larga disputa? Una demanda de divorcio interpuesta por el esposo. Él acusó a su mujer en rebeldía.
El afectado pedía la separación argumentando que de los cinco años que estuvieron casados solo convivieron tres meses hasta que ella se fue de la casa.
La cónyuge fue acusada, además, de tener «una vida escandalosa». Prueba de eso, decía el hombre en el alegato, eran los dos hijos que tuvo fuera del matrimonio. El hombre tenía un problema adicional: el alcalde de la localidad se oponía a la disolución del vínculo. El marido fue obligado a pasar una pensión de alimentos a la mujer. Hasta ahora, no se conoce en qué concluyó el juicio.
Este proceso sirve, además, como ejemplo de la evolución de la escritura, según la época. La sustanciación de esta causa, por ejemplo, es una combinación entre escritura a mano y a máquina de escribir. Antes, las firmas eran cuidadosamente elaboradas. La norma eran la letra manuscrita. Los documentos más actuales pasaron de la impresión típica de la máquina al computador.
Esa constatación es posible gracias a la reconstrucción que realizan Merizalde y su grupo que recuperan documentos. El proceso es el mismo en todos los casos: los ingresan en cuarentena y restauran las hojas dañadas insertando una combinación de papel japonés con celulosa. Las nuevas instalaciones del Archivo implican un beneficio adicional: la agilidad en la atención de pedidos de copias o certificaciones.