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Bob Marley: Hace 70 años nació una leyenda que vivirá de generación en generación

Su estilo de vida rasta y su incuestionable talento para el reggae, hacen de Bob Marley uno de los cantantes más recordados en la historia de la música. Admirado por la defensa de sus raíces africanas y la igualdad social, continúa siendo el ídolo de generaciones.

El máximo exponente de la música reggae, Bob Marley, cumpliría este viernes 70 años, siendo un representante orgulloso de la cultura rastafari que dio a conocer al mundo en nombre de la paz y la libertad.

A través de sus filosóficas letras, Marley se consagró como defensor de los derechos humanos, las raíces africanas, la igualdad social y de género. Además de ser fundamental para difundir el mensaje del movimiento rastarafi en el mundo. 

Así es como lo describió Burnet Sealy, presidente de la Organización Caribeña de Rastafari de Jamaica, isla natal del máximo exponente del reggae y origen de ese movimiento, surgido en los años 30.

Sealy destaca la lucha de Marley mediante la música para promover la supremacía afrodescendiente dentro del movimiento rastafari, cuyos seguidores se identifican por sus «dreadlocks» (trenzados del pelo) y el uso sacramental de la marihuana.

Su vida

Nesta Roberth Marley Brooker, posteriormente conocido como “Bob Marley”, nació  el 6 de febrero de 1945 en Nine Mile, una pequeña localidad de Jamaica. Hijo de Cedella Booker, jamaiquina y de Norval Marley, un jamaiquino blanco de ascendencia inglesa, quien murió cuando Bob tenía 10 años.
Desde muy pequeño sufrió los perjuicios racistas de la familia de su padre, y por parte de los afrojamaiquinos que se burlaban de él por ser mulato. Estas situaciones, según algunos biógrafos del artista, lo llevaron a difundir por el mundo un mensaje paz, tolerancia e igualad.
Su interés por la música marcó su destino. En la década de los 60, con tan solo 15 años, Bob Marley formó la banda Wailing Wailers (Gritos de Protesta) junto a Bunny Wailer y Peter Tosh, otro de los importantes del género; y en 1962, James Chambers, un cantante de reggae jamaiquino conocido como Jimmy Cliff, presentó a Bob Marley un productor y grabaron su primer disco: Judge Not.

 Marley tuvo éxito, su primer grupo musical Wailing Wailer ganó simpatía en su país. Su madre se volvió a casar y se mudó a Estados Unidos, Bob fue a vivir unos meses con ella, pero regresó a Kinsgton (capital de Jamaica) en 1966, contactó a Peter y Bunny, y el trío se convirtió en The Wailers.

Con The Wailers Bob inicia una era de protesta social pacífica a través de la música en la década de los 70. La mítica banda tuvo gran aceptación en Gran Bretaña y Estados Unidos, donde la segregación racial imperaba.

Sencillos que invitan a la reflexión social como «Duppy Conqueror», «Small Axe», «Put It On», «Get Up, Stand Up» y «I Shot The Sheriff». Este último consagró a Marley internacionalmente por su mensaje de tolerancia en Estados Unidos.

En 1974, Bob Marley lanza al mercado su álbum Natty Dread, que obtuvo reconocimiento por temas contra la desigualdad como «No Woman No Cry» y «Revolution». Además de “Jah Seh», «Revolution», «Them Belly Full (But We Hungry)» o «Rebel Music (3 o’clock Roadblock)».

Bunny y Peter dejaron la banda un año después, pero la separación no afectó la carrera de Marley, y luego el conjunto sería conocido como Bob Marley & The Wailers.

Un pacifista en Jamaica, donde la atípica política desató una guerra civil entre pandillas en 1970, militantes de los dos grandes partidos políticos tradicionales, el Partido Nacional del Pueblo (socialista democrático) y el Partido Laborista de Jamaica (centro-derecha conservador).

La situación de violencia hizo que Bob Marley participara en un concierto gratuito en el Parque de los Héroes Nacionales de Kingston,  en 1976 para promover la paz y la reconciliación nacional entre jamaiquinos. Ese día recibió un disparo que le causó leves heridas.

Después de recuperarse continuó su labor por la libertad, y en 1978, Bob Marley viajó por primera vez a África y visita Kenia y Etiopía, cuna de los rastafaris para concienciar con su música sobre la esclavitud

En los años 80, Bob ya era referencia del reggae en el mundo, ejemplo de ello fue un concierto en la ceremonia oficial de independencia de Zimbabue frente a unas 80 mil personas.

Espíritu Revolucionario

Bob Marley era un hombre solidario que se interesaba por preservar la esencia de la humanidad. Trabajó duro para producir en su país y luchó a través de la reflexión contra la segregación racial y la discriminación social.

“El espíritu revolucionario de Bob Marley se remonta la década de los 60, cuando el intérprete de canciones de temática social como «No woman, no cry», «Crazy Baldhead» o «War» viaja a Estados Unidos (…) su pensamiento cambió y comenzó a adentrarse en la temática de la justicia social, al tiempo que adoptaba por completo el estilo de vida rastafari”, aseguró Chris Salewicz, autor de «Bob Marley: The Untold Story» (Bob Marley: La historia no contada) durante una entrevista con agencias internacionales.

Su lucha contra el “sistema” palabra que utilizan los rastas para referirse a un Gobierno opresor, puede notarse en temas como «Them Belly Full (But we hungry)» y «Zimbabwe», “ejemplos de su disconformidad con el status quo”, indica Salewicz.

El cantante de reggae siempre tuvo la convicción de que sólo el colectivo unido podría vencer la colonización y ser libre. «Bob Marley empezó a convertirse en un arquetipo de la verdad y la justicia, un verdadero icono de la revolución», destacó el biógrafo. 

No podía vivir sin fútbol

Alternó su pasión por la música con el fútbol, era una mística natural que Marley llamaba libertad.

“El fútbol es una habilidad en sí misma. Todo un mundo; un universo por sí solo. Yo lo amo, porque debes tener la suficiente destreza para jugarlo. ¡Libertad! ¡El fútbol es libertad!”, exclamó Marley antes de jugar un partido.

En el libro “Bob Marley: Songs of Freedom” el artista relata que en su viaje a Río de Janeiro en 1970, compartió cancha con el brasileño Paulo César , quien jugó junto a Pelé en la final de la Copa del Mundo de México.

Luego de terminar el partido Marley recibió la camiseta de “O Rei” del Santos. “Rivelino, Jairzinho, Pelé, Brasil es mi equipo. A Jamaica le gusta el fútbol debido a los brasileños”, expresó el jamaiquino.

Bob Marley afirmaba que el deporte era complemento del hombre, significaba la selección de su propio destino. Desafortunadamente jugando fútbol, se enteró de que padecía cáncer y decidió su destino: esperar la muerte.

Fue durante un partido entre periodistas y su grupo en el 78, un crítico de la revista Rock and Folk le pisó el pie derecho y Bob salió del juego lesionado.

Sentía fuertes dolores en el dedo gordo del pie, había perdido la uña. Cuando lo evaluaron en una clínica le detectaron un tipo de melanoma maligno. Los médicos le recomendaron amputar el dedo, pero el jamaiquino se negó. Los rastas no pueden quitarse ni una mínima parte de su cuerpo.

¡Leyenda!

«Lo conocí en 1979, cuando viajé por unas semanas a Jamaica para entrevistarlo y te puedo decir que se veía extraño, cansado, exhausto. Trabajaba mucho», recordó el biógrafo Chris Salewicz.

Los últimos años de Bob Marley estuvieron marcados por el clamor de la paz para el mundo. No paró de trabajar desde su trinchera por la igualdad entre los hombres  hasta el 11 de mayo de 1981 cuando esa labor se convirtió en más que lucha, una leyenda.

“Le sobreviven los seis hijos que tuvo con Rita Anderson,-su esposa-, cuatro propios (Sharon, Cedella, Ziggy y Stephen) y dos que adoptó Stephanie y Serita (…) orgullosos de su padre, de su legado”, comentó Salewicz.

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